Las fronteras del país bajo estricto sello militar
De inmediato empieza a correr el tiempo crítico, con la suspensión de todos los vínculos y operaciones de negocios por medio de aire, mar y tierra, y miles de ciudadanos de ambos países atrapados entre este impase, difícil de predecir cuándo tendrá una salida.
El gobierno de Luis Abinader se enfrenta ahora a un complicado problema, porque mientras le reclama a Haití actuar para apagar la mecha del conflicto, los grupos haitianos detrás de la obra en el Masacre están lejos de ser persuadidas por la gestión del primer ministro Ariel Henry.
La ausencia de Gobierno en ese país es casi total, porque gran parte está controlado por bandas criminales.
HAITIANOS SIGUEN DESAFIANTES
Mientras tanto, del lado haitiano en Juana Méndez, en el eje norte fronterizo con Dajabón, desafiantes agricultores haitianos involucrados con la obra de regadío siguen firmes con su plan, advirtiendo que no cederán a presiones ni a las restricciones impuestas por el Gobierno dominicano.
“El canal o la muerte, estamos listos para ser enterrados en el canal”, advirtieron, como demostración de resistencia ante el reclamo dominicano de desistir del plan en la corriente de agua en el espacio fronterizo.
Fuente listindiario
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