La otra cara de las redes sociales: el mal uso puede provocar depresión y hasta suicidio.


En la sociedad actual, y el país no escapa a ello, se está viviendo una situación capaz de causar un daño moral tan terrible para las personas que lo reciben que hace que se sientan acorraladas, desmoralizadas y avergonzadas, de forma tal que las pueden llevar a la depresión o, incluso, a actuar de manera violenta contra sí mismas u otros personas.

Esa agresión no lo está causando una persona en particular, sino que se está materializando a través del uso que se le está dando a las redes sociales, por su poder de alcance y reproducción rápida de informaciones (falsas o verdaderas), así como la utilidad negativa que muchas personas hacen de ellas.

Las redes sociales surgieron en  1997, con el sitio SixDegrees.com. Su propósito original era acercar a las personas que estaban distantes para compartir momentos felices, pero con el devenir del tiempo el uso dado por los individuos las ha ido convirtiendo, en muchos casos, en destructivas, crueles, lapidarias e implacables. Son así por la rápida propagación de sus contenidos y el alcance de éstos. Esa combinación hace que en horas viralicen una información negativa y, de esa misma manera, hacen añicos una reputación construida por años.

Su nivel destructivo puede propiciar que los afectados pierdan sus empleos, al igual que su autoestima; lleguen a la desesperación, el desconsuelo, depresión e impotencia. Muchos usuarios de redes sociales exponen a las personas con verdades a medias, mentiras, rumores, chismes, verdades distorsionas y memes ridiculizándolas y lo acaban moralmente. También suelen inmiscuirse en la vida privada de las personas, con lo que violan la Constitución dominicana, que estable como fundamental el derecho a la intimidad y a la vida privada

Estas herramientas también son escenarios de discusiones, insultos, enfrentamientos, burlas y otros tipos de embestidas que dejan a quienes son objeto de tales agresiones a merced de una sociedad cada vez más cruel e inhumana. La embestida es cruel, sistemática y con el objetivo de destruir moralmente a las personas víctimas de ella.

Los últimos afectados con esta práctica son el atleta dominicano Luisito Pie y la comunicadora Gabi Desangles.

En el caso de Pie, éste se vio precisado a subir un desmentido ante publicaciones en redes sociales que lo acusaban de ser un traficante de inmigrantes haitianos, lo que provocó una serie cuestionamientos a su origen e insultos en su contra.

Con Gabi Desangles se ensañaron tanto que publicaron en las redes una lista de supuestos amantes que tenía, lo que afirmaban estaría provocando una crisis en su matrimonio. Fue tanta la presión y las agresiones verbales que la joven contrató a unos abogados y anunció que someterá a la justicia a los responsables de distribuir la información. Dijo que estaban en proceso de rastreo tecnológico de las cuentas. También confesó que su empleo corría peligro por la situación.

 





Fuente Diariolibre.com

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